Los grafólogos suelen darle especial importancia a las características manuscritas de la firma, pues en la sociedad actual una firma es, se quiera o no, un acto de responsabilidad, de compromiso. La usamos para sellar un contrato, una boda, una compraventa, una petición de préstamo, etc.
La firma exhibe el concepto que una persona tiene de sí misma (bueno o malo), es su carta de presentación ante el mundo. ¿Y qué se estudia de la firma?, aspectos como el tamaño, legibilidad, la inclinación, la forma, la presencia o ausencia del nombre y/o del apellido, el uso predominante o no de las mayúsculas, los adornos, el grosor del trazo, etc. En función de estos matices podremos saber si una persona es extrovertida o introvertida, sincera o insincera, confiada o desconfiada, ambiciosa o acomodaticia, optimista o negativa, amable o antipática….
La firma es muy importante, tanto o más que una tarjeta de presentación hecha en la imprenta. Lo que eres está reflejado en tu manera de escribir.